Nos comparte su testimonio una protagonista del Proceso Depurativo, cuyos primeros testimonios fueron importantísimos para muchas personas atrapadas en la impotencia y la desesperanza que suelen acompañar al cáncer cuando el sistema canta el “no va más”. Nos referimos a Ines Varga, una mujer de gran espíritu y determinación, que nunca se dejó vencer por los diagnósticos y las poco estimulantes directivas del sistema ortodoxo, en el cual tuvo gran confianza, pero que luego la desahució. Así, golpeada y sin futuro, la recibimos en el Espacio Depurativo, con pronóstico de pocos días de vida, casi imposibilitados de darle alojamiento en esto, que es una hostería y no un hospital, donde entrenamos y sostenemos a personas con autonomía y capacidad de sostener los procesos depurativos, que consumen energía y requieren fortaleza anímica. Si bien le faltaba energía, a esta bahiense le sobraba fortaleza. Y así hizo su primera estadía en octubre 2014, volviendo un año después, en octubre de 2015, acompañando a una amiga y brindando este valioso testimonio.